La autoridad no
se trata solo de tener un cargo o no. También tiene que ver con valores que
integran a todos los miembros del equipo, lo cual define el ambiente laboral y
lo hace más o menos cómodo para todos.
Pasamos muchas
horas compartiendo con nuestro equipo de trabajo, incluso en los momentos de
descanso nos relacionamos con ellos. Mantener un ambiente estimulante, de
respeto, de confianza y orientación a lograr los objetivos no es fácil, pero sí
necesario.
Y no sólo
debemos tomar en cuenta el tiempo que pasamos en la oficina, sino el producto
que queremos lograr en cada proyecto. Un proceso laboral que esté determinado
por la falta de confianza y entusiasmo tendrá como resultado un producto final
muy alejado de su mejor versión.
Por eso, hay que
considerar no solamente los recursos y la organización, sino también las
circunstancias en que cada trabajador pone de su parte. Y también es importante
considerar qué podrían hacer tanto los miembros del equipo como los líderes
para mejorar estas circunstancias y aprovechar todos los recursos y las
circunstancias para lograr una gran gestión y excelentes resultados.
Recordemos,
además, que el corazón de toda organización o empresa son sus trabajadores.
Quienes llevan adelante los proyectos para que la compañía avance, produzca,
crezca. La comodidad de todos y cada uno de los colaboradores en su ambiente
laboral hará la diferencia en su rendimiento personal y grupal. Quienes lideren
grupos deben reconocer las fortalezas, debilidades, y aprovechar los momentos
indicados para hacer mejoras y ajustes, de modo que cada proceso fluya de
manera óptima en un ambiente de confianza total.
Los líderes se
encargan de promover este tipo de ambiente a medida que pasa el tiempo, con
actitudes positivas, conductas que dan el ejemplo y acciones asertivas basadas
en las características del equipo de trabajo.
Existen varias
cualidades que logran promover un ambiente ideal, y que deben reconocerse de
forma abstracta para luego ejecutarlas de manera concreta.
• Sinceridad: los
colaboradores deben actuar siempre mostrando seguridad, siendo transparentes
cuando deben dirigir a sus equipos y al momento de tomar decisiones
estratégicas.
• Integridad: ser
consistentes entre los discursos y las acciones, ¿Quién puede confiar en algún
líder que predica cierta actitud si con sus actos se comporta de una manera
totalmente contraria?
• Competencia y
capacidad: para ser un líder confiable es fundamental ser responsable,
competente en el cumplimiento de metas y actuar con decisión. Poder promover
esta actitud en el equipo de trabajo es un gran reto que debe perseguirse cada
día en pequeñas acciones. Formarse y permitir que otros se formen, no decirle
que no a un reto sino buscar herramientas para enfrentarlo, tener una actitud
resolutiva. Eso define la competencia y capacidad de un equipo de trabajo, y
además fomenta la confianza mutua y común.
• Comunicación:
es fundamental mantener informado al equipo de trabajo sobre los cambios y
acontecimientos dentro de la empresa. Esta comunicación debe ser efectiva,
clara y precisa, para evitar los rumores de pasillo. Que los subordinados
puedan comunicarse efectivamente con sus líderes logrará una gestión única, de
total confianza, sabrán cuál es su importancia en la organización, comprenderán
sus objetivos. La comunicación es la base de la confianza en un equipo de
trabajo. Los secretos, roces y rumores podrían destruir en poco tiempo el
ambiente de respeto y camaradería tan vital en toda organización.
En definitiva,
para ser líderes capaces de lograr que cada miembro del equipo de sienta cómodo
y en confianza hay que promover la comunicación, reforzar los valores que
enaltecen la sinceridad y fortalecen los vínculos de lealtad y respeto.