domingo, 23 de octubre de 2016

Una mirada hacia nuevas oportunidades


Hay momentos en nuestra vida que sentimos que es necesario mirar hacia el futuro para inspirarnos a mejorar. Se trata de un proceso interno en el que lo mejor que podemos hacer es organizarnos e ir dando un paso a la vez, para materializar proyectos, emprender caminos y comenzar a superarnos.
 
Pon en orden tus prioridades

Por ejemplo, si tienes una idea de negocio, primero piensa en qué es lo que necesitas para comenzar, realiza una lista de compras, de pendientes y organiza tu tiempo, de modo que le dediques a tu proyecto al menos dos horas diarias.
 
Si tu idea es, por ejemplo, distribuir productos a pequeños y medianos comercios, infórmate sobre qué cosas necesitas para comenzar tu empresa: papeles, dinero y cuántos días te tomarán los trámites. Ahorra dinero haciéndolos tu mismo, así obtienes experiencia por si te toca hacer otro en el futuro.
 
Trata de definir quiénes serían tus aliados, y cuál sería la colaboración. Recuerda que dos cabezas piensan mejor que una, y que si vas a emprender, necesitarás apoyo económico y moral a lo largo de tu camino.
 
Usa el corazón, pero también la cabeza

Por más emocionado que estés, trata de tomar decisiones inteligentes, necesitarás tener una buena estrategia y un plan b si al principio las cosas no salen exactamente como tú piensas.
 
Si al hacer las compras para echar las bases de tu bodega no calculas bien los gastos, te costará avanzar con la construcción y podrían dañarse algunos de los que compraste primero. Planifícate y verás que todo te sale mejor no sólo al principio sino también en el futuro.
 
Piensa en la estructura

Evidentemente no puedes encargarte de todo, así que planea tus equipos de trabajo y ve consultando con personas de confianza si les gustaría trabajar en tu proyecto. Divide las tareas de cada equipo aunque sea un negocio pequeño, no sabes lo importante que será saber qué hace cada quien en el futuro.
 
Tú diriges tus sueños

Recuerda que nadie puede hacer el trabajo por ti. Si tienes el impulso de estudiar una carrera, de comenzar tu propio negocio, de mejorar tu casa o de emprender algún proyecto, comprométete, porque los beneficios serán para ti y para tu familia, ¿Podría ser mejor?