En primer lugar,
¿qué es la honra? Es una parte
fundamental de nuestra identidad. Eso que protegemos desde que tenemos sentido
de ética y moral, infundado normalmente por nuestros padres en el círculo
familiar. La ética nos permite reconocer por nosotros mismos qué está bien y
qué está mal. Por otro lado, la moral define qué es lo correcto a nivel social.
Ambas están relacionadas con la honra, nuestra íntegra imagen.
La protegemos y
construimos con buenas acciones una detrás de la otra. Comprendiendo los obstáculos
como pruebas y enfrentándolos para superarnos todos los días, sin vulnerar los
derechos de los demás. Respetar al otro y entender sus contradicciones también
contribuyen a construir la honra y la dignidad. En una sociedad en la que estos
dos valores parecieran cada día menos importantes, la lucha debe ser
mantenerlos, y convencernos todos los días de que son en base a ellos que se
construye el futuro.
Toda institución
que tenga el respeto de su comunidad y de sus empleados debe procurar mantener
y trabajar en su honra, siendo fieles a los principios que inspiraron su
creación y lograron su crecimiento. Y, no solo a nivel institucional sino
personal mantener la honra se logra mediante acciones que fomenten el respeto
propio, hacia los demás y también el crecimiento personal.
¿Qué cosas son enemigas de la honra de una
institución?
Bien, como
existen muy buenas intenciones detrás de la construcción de una institución y
un legado, también hay malas intenciones detrás de las acciones injustificadas
para destruir la honra. Es tan fácil como prestar oídos a historias infundadas,
como participar en comentarios y rumores no confirmados, como hacerse la vista
gorda cuando alguien esparce mentiras y mancha la imagen de aquello que fue
construido tras años de esfuerzo y dedicación. Aunque parezca contradictorio,
eso que tomó tanto tiempo levantar, puede derrumbarse en minutos solo con
comentarios malsanos.
Qué podemos hacer para evitar caer en provocaciones,
comentarios y rumores
A veces, casi sin querer, prestamos oídos a este tipo de acciones malsanas hacia nuestra institución. Por eso, debemos estar atentos a ellas y tratar de seguir los
siguientes consejos
- A palabras necias, oídos sordos: Aléjate de aquella persona que trate de infundir en ti dudas sin ningún fundamento. Poco a poco se quedará solo con sus comentarios.
- Piensa por ti mismo: Antes de creer en algún comentario, duda sobre lo que están tratando de convencerte. Si hay tanto interés en que creas un rumor de pasillo, por algo será.
- Enfócate en construir en vez de destruir: ¿Qué logras con escuchar este tipo de comentarios y repetirlos? Manchar la imagen de una institución o persona. Una imagen construida a fuerza de años de trabajo duro. Antes de caer en ello, preocúpate por verificar las fuentes y ayudar en lo que esté en tus manos.
- Las fallas no son objeto de burla, sino motivo para progresar: Antes de criticar, trata de ayudar. Sobre todo si perteneces a una institución que te ha acogido. Si consideras que la fuente de los rumores malsanos son producto de una falla o fracaso real, pregúntate, ¿Qué puedes hacer para solucionarlo? Tu iniciativa te diferenciará.
La honra!! Cuánto cuesta mantenerla ahora sobre todo cuando prima la envidia, el celo profesional y el gusto por el chisme de pasillo. Aplomo para no limitarse!!
ResponderBorrarQue bien amigo Joel este articulo es perfecto y merece el mejor comentario del mundo pues nadie puede manillar y manchar la honra de nadie ni mucho menos de Un institución que se construido con tanto esfuerzo.
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