Sin un propósito claro de aquello que quieres lograr o en lo que quieres desarrollarte no tiene sentido lo que actualmente estás haciendo. Es por esto que es necesario descubrir cuál es tu misión, cuáles son los dones que tienes para brindar y vivir con pasión, entusiasmo, sentido y libertad.
Es importante que empieces conociéndote a ti mismo. Analiza a qué quieres dedicarte, crea un collage con post-it o imágenes que te inspiren para que descubras aquello que te gusta, por lo que sientes curiosidad, tus talentos y hasta qué tipo de hobbies tienes.
Una vez tengas claro lo anterior, piensa en tu pasión, talento, experiencia y demanda. Tu pasión es aquello que te llena, el talento lo que se te da bien, la experiencia es en lo que vienes desarrollando en esto que te gusta (blog, redes sociales, canal de YouTube) y, por último, la demanda es aquello por lo que te pagarían.
Empieza a seguir a expertos. Leer blogs, libros, canales de Youtube de tu temática favorita sirve. Aprende de los mejores, inspírate en los contenidos que ofrecen, piensa cómo podrías mejorarlos u ofrecer algo más. Lee los comentarios de las personas que siguen estos blogs y nútrete de ellos. Escribe a esos bloggers que sigues y si ofrecen la opción de realizar consultas gratuitas no pierdas la oportunidad y lánzate.
Ahora, fórmate en el campo que más te guste. Ya sea online o de manera presencial. Por ejemplo, si te interesa formarte en coaching, el marketing o la Inteligencia Emocional puedes encontrar muchos cursos en Internet o en instituciones educativas. Incluso existen cursos básicos y gratuitos para empezar, especialmente si no tienes recursos.
Cuanto más valor aportas, más posibilidades de encontrar a alguien que tenga tus mismos gustos. No tengas miedo de dar mucho. Gracias a dar, te conocen, te valoran, te tienen en mente.
Cuando decidas lanzar un producto o servicio con lo que ya sabes, puedes hacerlo de manera intuitiva. Comentarios, preguntas, observar a la competencia, ver qué hacen y qué ofrecen ayuda a conocer el terreno o mercado donde te moverás. Pero, más importante es que conozcas al máximo a tu posible cliente: quién es, cómo es, qué le preocupa, qué le duele, qué necesita, qué sueña.
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