La propuesta de la Comisión de Defensa del Consumidor del Congreso de la República, que fue aprobada, estableciendo topes para las tasas de interés en el sistema financiero, de tal forma que las instituciones financieras tengan la posibilidad de definir tasas bajo un rango que sería fijado por el Banco Central de Reserva del Perú (BCR), genero un gran desosiego en este sector, especialmente en las entidades microfinancieras.
En este tema, el especialista en temas de microfinanzas, Joel Siancas Ramírez señalo que la determinación de las tasas de interés mantiene tres componentes que no son potestad de cambio de las entidades financieras: Los costos del encaje por los depósitos del público; las tasas de financiamiento de los adeudados y líneas de fondeo; y, los niveles de riesgo de los clientes.
Añadió que las tasas de encaje por los depósitos, determinan una menor cantidad de dinero disponible para generar ingresos para la entidad que los capta, con lo cual la real capacidad de generar ingresos sobre estos ahorros se limita hasta en un 40% del monto captado.
“Las tasas de adeudados y de las líneas de financiamiento se mantienen fijas, la renegociación de las mismas en la gran mayoría de los casos no es posible. La adopción de nuevas líneas de financiamiento con tasas más baratas es sumamente incierto en este escenario de pandemia”.
“Los niveles de riesgo se determinan por las tasas de provisión, ya que todo crédito lleva inherente un riesgo de incobrabilidad por múltiples situaciones; y se reflejan en la estrategia de negocio de las instituciones. La de mayor tasa cobrada se vinculan a un segmento de mayor riesgo, compensando el modelo costo/beneficio”, señaló Siancas.
Asimismo, detalló que el esquema de control de precio, lo que originaría realmente es el desincentivo de la intermediación financiera y sobretodo, la reducción de la bancarización, considerando que los segmentos no bancarizados, y que no cuentan con información no accederán a financiamiento.
Acotó que la miopía que se piensa o quiere actuar, deja de ver el financiamiento informal que supera el mil por ciento anual con cobranzas impagas que atenta hasta con la propia vida de las personas.
“El accionar de cualquier entidad financiera para custodiar los fondos que depositan sus clientes de ahorro, y la colocación adecuada de ese dinero en créditos, implica además, entre otras cosas el pago a personal administrativo y operativo que trabajan en el área de riesgos y auditoría (interna y externa), en el área de prevención de fraudes, de procesos; además de oficinas adecuadas a la finalidad, tecnología (software y equipos), comunicaciones, seguridad, custodia, vigilancia, alquileres, servicios básicos, depreciación”, mencionó el experto en microfinanzas.
“Se quiere acaso que florezca la usura, que tanto se pretende supuestamente controlar, también se hará una ley de esas que nunca se cumplen para la informalidad al prestar dinero porque la necesidad de recursos hace que sucedan las cosas”.
El especialista en microfinanzas, Joel Siancas, destacó que la solución es promover una mayor competencia, ya que está demostrado que países con control de tasas lo que conlleva es a la disminución de la bancarización o su paralización, y como consecuencia de ello el financiamiento informal campea.
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