Salir de la universidad, establecer metas, fijar objetivos financieros puede ser más fácil pensarlo que hacerlo. En el camino y la inexperiencia podrían jugar malas pasadas que, a la larga, ponen en riesgo la gestión financiera laboral y personal de cada uno.
Las metas a largo plazo, al igual que las metas de plazo más corto a lo largo del camino, como comprar un vehículo, establecer un fondo para emergencias o eliminar la deuda de tu tarjeta de crédito, requieren establecer objetivos financieros y crear un plan para lograrlos.
Estos son algunos consejos para establecer y lograr tus metas financieras:
Define y clasifica tus metas por relevancia. Haz una lista de lo que te gustaría lograr con tu dinero, lo cual puede ser cualquier cosa, desde comprar un nuevo teléfono o una tableta o tomar unas vacaciones durante el receso de primavera, hasta comprar una casa, empezar un negocio o ahorrar para la jubilación. Después, clasifícalos por orden de acuerdo a la importancia que tienen para ti e indica si cada una es una meta a corto plazo (pagar los libros del próximo semestre con dinero en efectivo), una meta intermedia (ahorrar para un automóvil) o una meta a largo plazo (establecer tu reserva para la jubilación).
Evalúa tu situación financiera. Ahora analiza tu presupuesto. Si no tienes un presupuesto formal, es un buen momento para crear uno. Enumera tus obligaciones financieras mensuales, como el alquiler, servicios públicos, comestibles, tecnología, transporte, entretenimiento, seguro, una contribución de ahorro mensual, etc., y después réstalas de tus ingresos mensuales para determinar cuánto te queda para tus metas recién definidas.
Establece objetivos financieros específicos. Es difícil cumplir los objetivos imprecisos. Debes ser tan específico como sea posible contigo mismo al planificar cómo pretendes alcanzar cada meta. Plantearte preguntas puede ayudar: ¿Cuál es el valor monetario que corresponde a cada meta, es decir, cuánto debes ahorrar? ¿Cuál es tu fecha objetivo para alcanzar cada una de las metas? ¿Cuánto tendrás que destinar a dicha meta cada mes?
Realiza el seguimiento de tu progreso. Ser capaz de determinar exactamente cuán lejos has llegado (y cuán cerca te encuentras de tu meta) puede ser un estupendo motivador para que sigas avanzando en la dirección correcta, así como para identificar cualquier área en la que quizás debas realizar ajustes a tu plan.
Habla de tus metas. La presión de los compañeros no siempre es algo malo: compartir tus metas financieras con familiares y amigos confiables que tengan un forma de pensar similar te puede ayudar a asumir la responsabilidad y mantener el rumbo para lograrlas. Quizás también te resulte útil discutir tus metas con un asesor financiero.
Mantén una perspectiva positiva. Si te desanimas sobre la marcha porque las cosas no están saliendo exactamente como las habías planificado, por ejemplo, tal vez una emergencia financiera te hizo cambiar el rumbo por un corto tiempo o cometiste un error en cuanto a ceñirte a tu plan, recuerda que todos experimentamos percances en un momento u otro. Simplemente mantente enfocado y ten en cuenta que todo avance es positivo. ¡Tus metas están cerca!
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