lunes, 12 de septiembre de 2022

Las actitudes del emprendedor en el Perú

No es sencillo ser emprendedor en el Perú. «La misma sociedad es adversa al emprendimiento», sostiene Julio Vela, director del Centro de Innovación y Desarrollo Emprendedor de la PUCP. Es decir, suele haber un rechazo o prejuicio hacia la formalización de un emprendimiento, porque la mayoría de ciudadanos no están acostumbrados a experimentar situaciones de riesgo, de crisis. Sus vidas, claro, se desenvuelven en un ambiente de conformismo que los priva del desarrollo de sus capacidades creativas, pensamiento independiente y libre actuar.
Sin embargo, en los últimos años un grupo de peruanos se ha atrevido —y todavía se atreve— a dar forma a sus proyectos, ideas y sueños. Aunque estas decisiones suponen ingresar a un estado de riesgo, el compromiso y la voluntad, que nace en cada uno de ellos, es un impulso para continuar con el crecimiento de su empresa.
Estos emprendedores, por supuesto, no poseen las mismas actitudes. Los investigadores sociales observan que algunos son creativos e innovadores; otros, optimistas y resolutivos. No existe una sola dirección, una imagen fija de cómo debe ser el emprendedor en el Perú. Aun así, se ha hallado un conjunto de cualidades que permiten un buen desempeño en el trabajo. Estas cualidades son las siguientes:
  1. Aprender del fracaso. 
  2. Saber escuchar. 
  3. Trabajar en equipo. 
  4. Planificar las tareas. 
  5. Ser organizado y reflexivo. 
  6. Aprovechar las tecnologías.

jueves, 1 de septiembre de 2022

El código ético empresarial


La ética en los negocios se basa en una serie de reglas escritas y tácitas sobre los principios que rigen las acciones y la toma de decisiones de una empresa. La ética viene de una rama de la filosofía que ve los valores humanos en relación con su conducta a lo bueno o malo, lo correcto e incorrecto. En el mundo de los negocios, esta ideología, tal y como vamos a ver a lo largo de este artículo, asegura mejores empleados y más inversiones. 

Un emprendedor sin ética personal y sin ética en los negocios es un peligro en cualquier empresa y en la sociedad ya que puede robar ideas y tal vez venderlas a la competencia. En seguida les daré seis puntos fundamentales que debe seguir un emprendedor ético: 
  • Transparencia 
  • Honradez 
  • Honestidad 
  • Voluntad de servicio 
  • Respeto 
  • Lealtad 
Vamos a repasar una por una todas las ventajas de las que disfruta una empresa que define, tiene y aplica una buena ética empresarial. 

  1. Siempre se mantendrá dentro del límite legal.
    Guiarse por un buen código ético en la empresa también es una manera de asegurar que ningún derecho está vulnerado, por ejemplo, o que la organización no puede incurrir en denuncias o ser parte de ninguna ilegalidad, pues se moverá y actuará dentro del marco legal gracias a los límites que habrá impuesto la ética empresarial. 

  2. Atraerá al talento humano más preparado.
    Puede que antes fueran las empresas las que escogieran a los empleados que querían que formasen parte de su plantilla…pero hoy, muchas veces, pasa exactamente lo contrario. La marca personal de los candidatos es algo que antes no existía, y ahora son las empresas las que quieren reclutar a lo que podría ser una pieza clave en su organización. Entonces, el empresario ya no puede ofrecer un simple salario y los beneficios que todo el mundo ofrece; el profesional espera encontrar un lugar en el que trabajar que comparta su misma misión, visión, ética y moral. 

  3. Generará confianza entre los posibles clientes.
    Si tu negocio tiene más de un competidor (que seguramente lo tendrá), el consumidor o cliente no solo buscará la satisfacción de su necesidad o la calidad del servicio; y es que la ética empresarial es mucho más que un valor añadido. Muchos consumidores prefieren comprar un producto que les guste menos o contratar un servicio que les sea menos conveniente, solo para consumir aquello que va a hacer el cambio social o medioambiental que le interesa. La consciencia del consumidor era algo a lo que antes no se le daba tanta importancia, pero a partir de ahora será cada vez más importante. 

  4. Resultará atractiva para inversores y accionistas.
    La buena ética empresarial muchas veces es sinónimo de futuro o, más que sinónimo, uno de los requisitos. Es por eso que siempre es algo interesante para encontrar a inversores o accionistas, y es más probable que estos inviertan dinero en este tipo de empresas. 

  5. Mejorará la satisfacción de la plantilla.
    Si tus empleados sienten que están haciendo su trabajo por un bien mayor, o ayudando a una causa importante con sus esfuerzos, estarán más motivados a llevarlos a cabo. Esto hará que tu plantilla cuente con profesionales más dedicados y satisfechos, que mire por el bien de la empresa y el objetivo corporativo. 

  6. Accederás a beneficios sociales.
    Para que sean cada vez más las empresas que desarrollen una política social con una buena ética empresarial, hay varios beneficios sociales que estas pueden disfrutar. Uno de ellos es, por ejemplo, el poder desgravar impuestos. 

  7. Tu empresa será un modelo a seguir.
    El efecto dominó que las empresas con buena ética producen en las demás es muy grande, pues de ese modo estas últimas se ven motivadas a ofrecer el mismo “valor añadido”, ya sea para ser elegibles por sus consumidores o para atraer al mejor talento humano. 

En muchos casos, las empresas elaboran un documento denominado código ético, que es a la ética de los negocios lo que el balance social a la responsabilidad social de la empresa. Este documento consta de una serie de principios que guían las actuaciones éticas de la entidad. Para que el código ético no se convierta en una mera declaración de intenciones, es muy conveniente realizar un seguimiento sobre la aplicación del mismo a través de un comité de ética. Este comité se encargará de difundir su contenido entre todos los miembros de la organización, garantizar su cumplimiento y realizar reuniones periódicas para coordinar las actividades y revisar y actualizar su contenido.

Ingresos y egresos de un negocio: lo que hay que tener en cuenta para hacer previsiones realistas

Si de algo suelen pecar los emprendedores al iniciar un proyecto empresarial es de optimismo; los emprendedores son una especie cuya reacción natural es exagerar los ingresos y menospreciar los gastos durante sus comienzos. Ambas decisiones son erróneas y pueden costarles hasta su propio negocio. 


La mejor manera de tener la situación financiera desde el inicio de la empresa bajo control, es haciendo las cuentas de forma realista y previsora identificando claramente los ingresos y gastos del negocio. Entonces, la pregunta que se hacen muchos emprendedores es ¿cómo calcular los ingresos de sus negocios desde el día uno? 

Para calcular lo que se va a gastar en el primer año habrá que tener en cuenta, entre otras cosas, tanto el volumen de ventas como el precio del producto o servicio. Al hacer la previsión aconsejo hacer una valoración de los siguientes aspectos, y tomarlos como guía: 

  • El público objetivo: quién es, cuánto quiere gastar, segmentarlo por edades, género, etc. 

  • La competencia: qué parte del pastel puedes quedarte y “robarles”, qué valor añadido aporta tu empresa. 

  • Los proveedores: conocer a los principales del sector y hacer una comparativa de cuánto cobran. Lo que te cuesten los proveedores determinará el coste de tu producto y también el margen de beneficios. 

  • El precio: en función de si el producto es nuevo o copiable, se podrá jugar al alza o a la baja con el precio. Cuanto más exclusivo e inimitable; más caro. 

  • La estacionalidad: todos los negocios tienen picos y bajadas estacionales, encuentra cuáles serán los tuyos. 

  • Los beneficios: en función de lo que ya tienes, realiza la resta entre el precio final del producto y el coste para saber lo que vas a ingresar. De ahí deberás sacar beneficios, aunque el primer año puede que el margen sea nada o muy poco. 

Además de los ingresos, otro punto importante a tomar en cuenta son los gastos y ¿cómo calcular los gastos? 

La partida de gastos se refiere al plan contable en el que se establecen los gastos del negocio; necesarios para obtener ingresos. En esta partida hay ocasiones que se pasan por alto ciertos gastos, así que comentaremos en este artículo los más importantes: 

  • Los costes impositivos: esto son los costes de los impuestos de sociedades, tasas, etc. También se pueden poner los costes por derechos de propiedad, las licencias de software, requisitos legales, etc. 

  • Logística y proveedores: En función de estos costes los ingresos pueden ser mayores o menores, ya que es una parte del proceso que pueden encarecer mucho el producto por el simple hecho de que no depende de tu empresa. 

  • El coste de adquirir clientes: incluye los costes de marketing y comunicación. 

  • Costes de la financiación: cuando se depende de financiación externa hay que sumar los costes de las cuotas y los intereses. 

  • Las inversiones: son algo inevitable. Nos referimos a los costes de adquirir el material para crear el producto, así como los alquileres de oficinas, los ordenadores, etc. 

  • Coste de mano de obra propia: el emprendedor debe contarse como un gasto, ya que invierte horas en ese proyecto y, por lo general, su sueldo no se incluye en la partida. 

  • Coste de mano de obra: el coste general de tus empleados, durante el primer año, recomendamos hacerlo en base a las necesidades de cada fase del proyecto. 

  • Costes de suministros: se refiere a los gastos por la luz, el agua, la gasolina, los teléfonos móviles, etc. 

Dicho esto, debemos seguir los siguientes consejos para calcular los ingresos y gastos y lograr una armonía entre estos factores. 
  • Para acertar en el equilibrio entre ingresos y costes, divide los beneficios por la mitad y multiplica los costes por el doble; así te aproximas a la realidad. 

  • Es preferible tener dos cuentas: una para la empresa y otra para los ingresos ya que ese dinero no es tuyo y debes mantenerlo intacto. 

  • Ir corrigiendo los gastos según el volumen de actividad que se va adquiriendo. 

  • Contratar a alguien con conocimientos financieros si tú mismo no los tienes. Llegará un punto en que no tendrás más remedio que delegar esta tarea porque será demasiado compleja para ti o porque estarás desperdiciando capacidades de obtener ingresos que desconoces. 

La parte financiera de una empresa es la menos atractiva para los emprendedores; a ellos les gusta llevar a cabo la idea en términos que vean trabajar el producto o servicio, en su venta, en su imagen, etc. Sin embargo, las cuentas son un camino por el que hay que transitar, cuanto más se sepa al principio; mejor.